Cuando tratas un tema sensible siempre hay que ser muy cuidadoso a la hora de abordarlo, pero aun siendo cuidadoso no hay duda de que habrá alguien que le dará la vuelta y acabará entendiendo lo que quiere entender. Es un hecho demostrado que, en todo proceso comunicativo, hay una diferencia entre lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que el receptor acaba entendiendo. La habilidad de cada uno con el uso del lenguaje así como los códigos internos que aplicamos en la transmisión y recepción del mensaje provoca un cambio importante en el significado.
El domingo pasado escribí un post a raíz del lamentable boicot que se sufrió en la +Universitat Politècnica de València (UPV) durante el Acto de Apertura del Curso Académico 2013-2014 que finalmente no se pudo celebrar. Quiero recordar que fue un hecho que, junto a otros compañeros, viví en primera persona. El post, que titulé «La violencia es el miedo a los ideales de los demás» rememorando la célebre frase de Gandhi, lo enmarqué dentro del recuento semanal que suelo hacer de noticias relacionadas con la educación. Bajo esta perspectiva me documenté y recogí la repercusión que había tenido este acontecimiento en los medios este acontecimiento.
Las conclusiones que llegué durante la lectura de esos artículos fueron, de manera resumida, tres. En primer lugar todos los periodistas destacaban el carácter violento de lo sucedido, llegando a clasificarlo en muchos casos como «acto vandálico». En segundo lugar pude constatar como los principales colectivos implicados (Universidad, Estudiantes y Sindicatos entre otros) rechazaban de manera unánime la manera de proceder que tuvieron las personas que boicotearon el acto . Y en tercer lugar el daño sufrido por la Plataforma en Defensa de la Universidad Pública que no pudo transmitir su mensaje. Estas conclusiones las hice mías recordando que el uso de la violencia para conseguir unos fines deslegitima al que la utiliza, por muy loables que puedan ser esos fines. Sigo pensando que en la Universidad siempre hay espacio para todos y todos compartimos el malestar con algunas de las políticas que vivimos en estos tiempos de crisis, pero no estoy de acuerdo con la manera que tuvieron de actuar las personas que irrumpieron en el Paraninfo.
Ya en el plano más anecdótico comenté también la repercusión que tuvo en los diarios la presencia del Arzobispo de Valencia durante el acontecimiento, al ver que algunos periódicos casi que centraban su disertación en ese hecho más allá incluso del grave acontecimiento que allí sucedía o los insultos que también otras personas que estábamos allí nos llevamos sin comerlo ni beberlo. Respecto a esto último recordé que los que llevábamos corbata fuimos calificados directamente como sinvergüenzas y corruptos. Me pareció también interesante destacar la variedad de las consignas que promulgó el grupo, muchas de ellas no relacionadas con los problemas que sufre la educación en este país. Para ejemplificar esto último se me ocurrió comentar que llegaron a decir «nosotras los parimos, nosotras decidimos».
Al poco de publicarlo en el Facebook tuve unos cuantos comentarios interesantes (gracias por cierto), pero de pronto me encontré con un comentario que me alarmó, que me hizo replantearme si lo que había escrito estaba transmitiendo el mensaje adecuado. Había escrito un artículo sobre un tema muy sensible que podría provocar controversia, pero lo último que me esperaba es que alguien cogiese el lado puramente anecdótico del post e hiciese con ello una bandera, además de terminar su comentario con lo que yo entendí como un insulto. ¿Cuál fue mi reacción? Pues, según me dijo posteriormente +Jose Fos , la peor que se puede tener. No se me ocurrió otra cosa que borrar el post y eliminar la entrada de Facebook. Fui claramente víctima de un pánico injustificado. Yo seguía suscribiendo lo que había escrito en el post pero me preocupó que lo meramente circunstancial estuviese desfigurando el mensaje de fondo, que los siguientes lectores se viesen influidos por ese comentario fuera de lugar. Quizás podría haber simplemente reestructurado el post para que se entendiese mejor, pero no hice eso. En fin, la vida es así. De todo se aprende, ¿no?
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