La teleportación es una tecnología cuántica única que transfiere un estado cuántico a una localización arbitrariamente alejada usando un estado de entrelazamiento cuántico distribuido y la transmisión de cierta información clásica.
Así define la Wikipedia el «teletransporte cuántico», uno de los conceptos que explicó el pasado 3 de septiembre de 2015 el físico Juan Ignacio Cirac durante su nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universitat Politècnica de València. Trabaja en el ámbito de la mecánica cuántica y la informática cuántica, un campo que para el profano puede sonar a pura elucubración, pero del que él mismo nos explicó sus múltiples y futuristas aplicaciones.
Una de ellas es la transmisión de información aunque soy consciente de que la paabra «transmisión» puede no ser la más adecuada, porque implica la existencia de un canal a través del cual se hace una transferencia física de esa información: los bits circulan por un cable a su destino, o desde la antena de nuestro teléfono móvil a un ordenador. Borremos ahora de un plumazo todas nuestras ideas intuitivas sobre cómo circula la información por internet. Imaginemos un mundo en el que, como por arte de magia, podemos hacer que un mensaje que acabo de escribir en mi iPad aparezca a 10 km de distancia sin mediar antenas o cables. Esto que parece imposible en el mundo macroscópico (así es como llaman los físicos a lo que vemos), es posible en el mundo microscópico donde todo son átomos, electrones o partículas subatómicas. Se basa en lo que se conoce como el entrelazamiento cuántico de dos partículas, lo que supone que si se manipula una de las partículas, se modifica el estado de la partícula entrelazada de manera instantánea y a distancia. Podemos separar las partículas todo lo que queramos, incluso situarlas en cualquier parte del universo. La transmisión de información instantánea y a distancia sucederá. Es precisamente esta propiedad la que se utiliza para mover información mediante el teletransporte cuántico: transmitir información a la distancia que queramos sin que haya un canal de por medio. Y esto no es ciencia ficción: existen prototipos que son capaces de aprovechar esta propiedad y enviar información hasta unos 10 km de distancia.
Está claro que, con la tecnología actual, es más sencillo enviar esa información por un cable. ¿Qué ventaja tiene entonces? Sencillo, son comunicaciones seguras que son imposibles de interceptar ya que la información no circula por ningún canal. Esto quiere decir que nadie podría colocarse en medio para intentar descifrar los mensajes. Y apartir de aquí se abren muchísimas aplicaciones que ahora no somos capaces ni de imaginar.
El padrino (que es el nombre que se le da al investigador que propone al honoris causa) fue José Capmany, Director del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia de la Universitat Politècnica de València, quien partió del planteamiento teórico de la mecánica cuántica para después centrarse más en sus aplicaciones, como podría ser el estudio de las propiedades superconductoras de los materiales que evitarían las pérdidas de electricidad que se producen hoy día al tener que transportar la electricidad desde lugares lejanos.
Por si no ha quedado muy claro el tema del teletransporte cuántico, os dejo aquí este vídeo del programa Science Quiz de la UPV que me ha pasado Luis Zurano en el que el propio Capmany explica el tema:
El nombramiento de Juan Ignacio Cirac como Doctor Honoris Causa se hizo en el marco de la apertura del curso académico 2015-2016 que esta vez tuvo lugar en el Campus de Alcoy y que rindió homenaje a la reciéntemente fallecida Georgina Blanes, Directora del Campus. El acto lo presidió el Rector de la UPV, Francisco Mora y, como es habitual, asisten también los rectores de las universidades públicas de la Comunitat Valenciana. Hubo una buena representación del Gobierno Valenciano, con el nuevo President, Ximo Puig, a la cabeza acompañado del Conseller de Educación, Vicent Marzà, del Conseller de Economía, Rafael Climent y de 3 Directores Generales.