Desde hace algún tiempo tengo un Nokia 112, un teléfono que provoca reacciones diversas cuando lo dejas encima de la mesa al empezar una reunión. Algunos te miran casi que con compasión y otros de pronto dicen con gran emoción: «¡un teléfono como los de verdad!».
Lo que no suelen saber es la historia que hay detrás. Este teléfono lo utilizo exclusivamente para hablar. Tiene la ventaja de poderle poner dos tarjetas (por menos de 40€), una batería que dura semanas y un tamaño de lo más cómodo ya son de partida numerosas ventajas. Estas ventajas dan respuesta a algunos problemas que los smartphones no han resuelto bien todavía.
Los smartphones están evolucionando según las necesidades de los usuarios, y es cierto que cada vez se usan menos para hablar y más para chatear, leer correo o participar en redes sociales. Para todo esto un buen tamaño de pantalla es fundamental, y vemos como van creciendo incluso por encima de las 4 pulgadas. Las ventajas so importantes, pero ello implica una menor duración de batería y un formato cada vez más incómodo cuando tenemos que mantener una conversación telefónica. Todos creo que nos hemos sonreido cuando hemos visto a alguien con un galaxy note hablando por la calle. Sony sacó hace poco un concepto interesante, y le acoplaba a un tablet de unas 7 pulgadas un accesorio que era exclusivamente para hablar. Es una alternativa pero que no está muy extendida.
Mi planteamiento es bien sencillo, duplicas la tarjeta SIM y te compras uno de estos terminales libres. Si además tienes línea personal y profesional, lo eliges con espacio para dos SIMs y ya está. Nokia es quien realmente se está moviendo más en este segmento. Prácticamente todos los modelos que saca de gama media baja son con tarjeta dual y una gran duración de batería acompañados de unos prcios francamente competitivos. En breve saldrán a la venta el Nokia 501 y el Nokia 301, el primero totalmente táctil y el segundo con teclado numérico. Y algo fundamental hoy día, los dos vienen con whatsapp preinstalado. Y ahora que llega el verano, ¿quién se arriesga a llevarse su último modelo de smartphone a la playa? Arena, robos… En definitiva, una opción interesante que merece la pena plantearse.