Bento es una palabra de origen japonés que viene a significar lo que para nosotros sería una fiambrera o un «tupper» (de los famosos +Tupperware Brands Corporation ). Una porción de comida para llevar en algún tipo de envase. Pero de lo que quiero hablaros hoy no es de comida, es de un producto que lanzó FileMaker en el año 2008 llamado Bento y que pretendía acercar las bases de datos a todo el mundo. Sin embargo parece que el objetivo inicial no ha sido alcanzado ni de lejos. Después de una serie de desarrollos rápidos, llegando a sacar incluso más de una versión del producto por año, la base de datos quedó estancada en la versión 4 sin ningún atisbo de desarrollo adicional. Esto era una mala señal que se confirmaba recientemente con las declaraciones de FileMaker anunciando que interrumpían el desarrollo de Bento centrándose exclusivamente en su producto estrella (también llamado FileMaker, como la propia empresa).
La filosofía Bento no era mala. Pretendía simplificar el concepto de base de datos. Sin embargo esta simplificación creo un producto extraño y difícilmente entendible. Las bases de datos normalmente funcionan en base a campos, tablas y relaciones entre ellas (bases de datos relacionases). Los campos pueden ser de diferentes tipos (texto, números, operaciones, enlaces, clave, etc.) y almacenan la información que queremos en lo que se conoce como registros. Si estuviésemos hablando de una hoja de cálculo (que mucha gente utiliza como una base de datos sencilla), las filas serían los registros y las columnas los campos que queremos almacenar. Si nos movemos en el ámbito de las bases de datos relacionales (la gran mayoría de las actuales) normalmente existen vínculos entre las diferentes tablas. Por ejemplo, tendré una tabla para almacenar los datos de mis clientes, otra tabla para almacenar los datos de mis productos y una tercera tabla donde se registrarán las compras que hacen mis clientes. Esta tercera tabla tomará datos de la tabla de clientes y de la tabla de productos, creando una relación con cada una de esas tablas a través de lo que se conoce como «campos clave». Una vez definida bien la estructura de datos (campos), tablas y relaciones, la potencia del sistema está en las consultas que se pueden hacer. Para eso se definió el lenguaje SQL (Structured Query Language) que permite hacer consultas sobre la base de datos para localizar, por ejemplo, un producto que compró un cliente en una fecha determinada. Esto que acabo de explicar a nivel muy general tiene muchas derivaciones y complejidades. FileMaker quería que el usuario común no se enterase de nada de eso y así nació Bento. Sin embargo el producto, con ese afán de simplicidad, acabó siendo algo engorroso de manejar, que no cubría bien ninguna necesidad y que no consiguió encontrar un público claro.
Para mi su principal ventaja era su integración con las aplicaciones de productividad que incorpora MacOSX (Mail, iCal, Recordatorio y Contactos), permitiendo añadir funcionalidades que no estaban contempladas por el desarrollador (al estilo del software libre pero sin tener que programar una línea de código). Proporcionaban también numerosas plantillas predefinidas que te permitían crear aplicaciones de gestión (muy sencillas) para tareas, proyectos, restaurantes, recetas, etc. Lo interesante es que se creó una comunidad de desarrolladores de plantillas bastante activa que te permitía disponer de aplicaciones a medida de manera prácticamente gratuita. El desarrollo de apps para iPad y iPhone también fue algo interesante. Yo utilicé con una cierta frecuencia la versión de iPhone porque siempre es útil disponer de una herramienta de este tipo si quieres recopilar datos.
La corta vida de este producto (apenas 5 años) terminará en septiembre de 2013, volviendo a dejar un hueco claramente sin cubrir en las herramientas de productividad de Mac: la base de datos. Mientras Microsoft incluye por defecto en su Office el potente Microsoft Access, Apple no dispone de un paquete de ofimática con una herramienta similar. Si bien es cierto que, quien conozca un poco en profundidad Access coincidirá conmigo, sigo sin entender como una herramienta de tanta potencia se ha incorporado en un paquete de ofimática estándar. Las alternativas que tenemos en Mac vienen de la mano de FileMaker, con FileMaker Pro, o si nos decantamos por el software libre siempre podremos utilizar la versión para Mac de LibreOffice. Yo, aunque mi primer contacto con las bases de datos fue con FileMaker (versión 2.0, hace casi 20 años), fue con Microsoft Access con el que entendí todo el potencial de este tipo de productos. Desde la versión simplista de hacerse una base de datos para manejar tus contactos hasta crear potentes aplicaciones en VisualBasic que utilizan Access como motor de base de datos. Tener que empezar ahora de cero con otro gestor de base de datos la verdad es que se me hace muy cuesta arriba, por eso sigo utilizando Access a través de Parallels. No obstante puede que algún día me anima y vuelva a darle un vistazo a FileMaker…