Mr. Google juega al monopoly

Ayer comenzaban ya de manera real mis vacaciones. Estos últimos 15 días he tenido que dedicarme en parte a preparar la memoria de seguimiento del proyecto CAMPUSHABITAT5U que tenemos que presentar en septiembre al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. He compaginado ese trabajo con las actividades familiares propias de tiempos de vacaciones y para eso ya sabéis que la clave está en estirar el día. Para mi lo más práctico ha sido sacar horas pronto por la mañana (levantándome a las 5:30) y arañar alguna más a lo largo del día (especialmente después de comer). En mi caso trabajar antes de irme a dormir no es una buena alternativa porque después es más difícil conciliar el sueño. Bueno, el trabajo está hecho y creo que tendrá los resultados esperados.
He podido leer hace unos días un post que me ha llamado la atención, porque me recuerda a tiempos antiguos cuando era Microsoft la que intentaba ejercer su poder frente a la competencia, aunque ahora parece que se le haya dado la vuelta a la tortilla. Google bloqueaba por segunda vez la aplicación de YouTube desarrollada por Microsoft para Windows Phone con excusas de lo más peregrinas. Google argumentaba que la aplicación de Microsoft no soportaba HTML5 mientras que Microsoft le replicaba diciendo que la aplicación desarrollada por la propia Google para Android y para iOS tampoco soporta HTML5. La respuesta de Microsoft no tiene desperdicio. Aun siendo políticamente correcta destila cierta acidez en el trato que están recibiendo por parte de Google.
Con esto, junto con otras actuaciones como su política de no desarrollar aplicaciones para Windows Phone, Google sólo demuestra que quiere impedir que la competencia se desarrolle. En cierta medida puede ser natural ya que a la larga podría reducirle su cuota de mercado. Sin embargo no cabe duda que todos trabajan en el mismo sector y que la competencia es buena para el sector impulsando mayores cotas de innovación. Es una actuación que le puede reportar beneficios en el corto plazo pero que sin duda cercena futuros desarrollos en el medio/largo plazo.
La competencia es buena y los monopolios sólo acaban perjudicando al consumidor. En el mundo de los sistemas operativos móviles el pastel se lo están repartiendo actualmente dos empresas: Apple y Google. La primera mantiene su posición pese a los embites continuos de Android que se consolida especialmente por su aproximación estilo Microsoft: un sistema operativo muchos fabricantes. Otros gigantes como Blackberry parece que van perdiendo terreno, Symbian se fue al traste y Microsoft intenta hacerse su hueco. En paralelo otras empresas con menos aspiraciones intentan hacerse con alguna de las migajas, que aunque comparativamente son migajas, acaban siendo interesantes fuentes de ingresos para algunas empresas como Mozilla o Jolla.
A mi, aunque pueda tener mis preferencias, me gusta apoyar las diferentes alternativas y en esta línea creo firmemente que, si bien BlackBerry parece abocada al fracaso, Microsoft está haciendo un trabajo especialmente interesante en su sistema operativo móvil. Veo en Windows Phone la innovación que parecen empezar a faltar en los dos hermanos mayores (iOS y Android). El propio diseño de la interfaz ya dice mucho a su favor: mientras Android intentó replicar (especialmente al principio) la de iOS, Microsoft apostó por un concepto totalmente distinto que funciona muy bien.
Esta situación, unida con el post que he leído esta mañana en el blog de +Javier Pastor , sólo me llevan a una conclusión: Google se está haciendo vieja.

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