Hoy he pisado por primera vez el aeropuerto de Manchester, en un vuelo proveniente de Valencia. El avión ha aterrizado en el terminal 3. Al ser un vuelo de Ryanair no fue posible utilizar el finger, y lo primero que te encuentras es con una escalera que tienes que subir y un ascensor del que sólo puede hacer uso el personal del aeropuerto. Esto llama la atención. Una vez dentro del edificio la llegada a la zona de control de pasaportes ha sido rápida.
En unos pocos minutos te encuentras con la división entre pasaportes británicos y de la Unión Europea frente a pasaportes del resto del mundo. En todo momento te animan a utilizar el pasaporte electrónico como medio de cruzar la frontera. Para mi era la primera vez que podía utilizarlo así y la experiencia no ha sido buena. Después de ponerlo varias veces en la máquina no ha habido forma de cruzar la frontera y he tenido que recurrir al método tradicional.
Una vez cruzas el control de pasaportes (allí no se podían hacer fotos), llegas rápidamente a la zona de recogida de equipajes del Terminal 3. En mi caso viajaba con equipaje de mano, sólo puedo decir que la zona parecía algo apretada para el número de personas que había allí. Me ha llamado la atención un mensaje que recordaba a la gente que viese bien si era su maleta la que se llevaba o era la de otro pasajero.
Para llegar a Manchester la opción más económica es el tren, que cuesta unas 5 libras frente a las aproximadamente 20 libras que podría costar un taxi. Para tomar el tren es necesario acudir a la estación de tren, y basta con seguir los letreros que dicen «The Station».
Dice que son 10 minutos andando, aunque a mi la verdad es que se me ha hecho más largo. Tienes que caminar hasta que llegas prácticamente al terminal 1. Una cosa curiosa es que hay un momento que entras en el terminal 2 y tienes que tomar un ascensor. Para poder seguir la ruta a la estación, ¡hay que pulsar el número 7! A mi no me ha dado la sensación de que estuviese en un séptimo piso, pero bueno.
Pues eso, que sales del supuesto piso 7 y después de otra caminata de unos cuantos minutos llegas a la estación. Como es habitual hoy día te encuentras con las típicas máquinas que anuncian como «la vía rápida» pero que luego no acaban siéndolo tanto. En este caso me he encontrado con una que simplemente no funcionaba. La otra he de reconocer que ha sido bastante rápida.
Después pasas a la zona de los andenes. Hay unas personas antes de acceder a esta zona. Pensaba que era algo así como un control de seguridad, pero parece que también vendían billetes. Ni idea, el caso es que crucé. Por cierto, compré el billete de ida y vuelta con la vuelta abierta por algo más de 9 libras. La estación más cercana a mi hotel es la de Picadilly, con lo que basta con seleccionar un tren de uno de los andenes que pare en esa estación.
La estación de Manchester Picadilly muy bonita por cierto. Amplia, con esa estructura de metal que caracteriza a tantas estaciones.
